“Hoy los clubes están como el país: con una profunda preocupación por las tarifas y con instalaciones que se están cayendo a pedazos. Muchos se transformaron en comedores y merenderos, porque la gente necesita contención”, expresó Villarreal.
Nuestro Presidente de la UNCB recordó que los clubes de barrio ya no son solo espacios deportivos, sino verdaderos centros comunitarios donde se brinda apoyo social, educativo y cultural. “Donde el Estado no llega, llega el club”, sostuvo, y remarcó que el trabajo cotidiano de las instituciones se sostiene gracias al esfuerzo de padres, madres y vecinos comprometidos, sin ayuda suficiente de los gobiernos.
Villarreal también cuestionó la falta de aplicación de la Ley Nacional de Clubes de Barrio, aprobada en 2014 pero aún sin reglamentar: “En once años pasaron varios gobiernos y ninguno la hizo efectiva. Si la ley se aplicara, muchos de los problemas actuales con los tarifazos y los subsidios estarían resueltos”.
Con firmeza, el presidente de la UNCB pidió a los funcionarios “salir del escritorio y caminar el territorio”, para conocer de cerca la realidad de los clubes:
“Que recorran con nosotros los barrios de La Matanza, San Miguel, Quilmes, Rosario. Que vean lo que pasa y entiendan que, si no queremos narcos ni abandono, necesitamos un Estado presente acompañando a los clubes de barrio”.
Desde la Unión Nacional de Clubes de Barrio reafirmaron su compromiso de seguir recorriendo el país, defendiendo a cada institución y promoviendo políticas públicas que fortalezcan a los clubes como espacios de inclusión, desarrollo y comunidad.